¿Cómo vemos los colores?

Tener delante una enorme y variada paleta de colores para poder empezar a crear nuestra pieza de cerámica y vestirla de diferentes tonos, para nosotros, es un acto muy normalizado. Pero, ¿nos hemos parado a pensar en algún momento cómo conseguimos ver los colores? ¿Cuál es el proceso que hace nuestro cerebro para podernos dar el placer de ver la vida en color? En este artículo, ¡resolveremos todas tus dudas!

En la retina, más concretamente, en la capa de fotoreceptores, tenemos unas células fotosensibles llamadas conos y bastones. Gracias a la estimulación que se crea con diferentes longitudes de ondas de luz sobre estas dos partes de nuestro cuerpo, conseguimos ver los objetos y todo lo que está a nuestro alrededor con una gama cromática diferente. Y es que el ser humano puede ver hasta ¡10 millones de colores diferentes!

En el 1666 Isaac Newton descubrió que el color, realmente como lo conocemos nosotros, ¡no existe! Es nuestro cerebro el que interpreta los colores gracias a la luz. Lo descubrió mientras permanecía en su habitación, a oscuras, dejando pasar un trocito de luz blanca a través de un agujero. Un haz de luz que hizo pasar por una base triangular y que se descompuso en seis colores diferentes en la pared: el rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul y el color violeta.

Por ende, si en estos momentos miras la calle y te fijas en el verde de los árboles es porque las hojas, en ese momento, absorben todos los colores menos el verde, que es que se refleja en su base. Y, por este motivo, siempre tiene que haber luz para poder ver colores, cuando es oscuro, es prácticamente imposible diferenciar los tonos cromáticos de un objeto.

Pero, volvamos al funcionamiento de nuestro cuerpo. A través de estas células, recogemos la luz solar y la transformamos en impulsos eléctricos, que enviaremos inmediatamente a nuestro cerebro a través de nuestro nervio óptico. Nuestro órgano visual, el ojo, será el encargado de crear la sensación de colores a nuestra visión, ya que es el órgano que se encarga de procesar la luz.

Según la teoría de Thomas Young, realizada el 1802, sobre la visión de color, i ampliada posteriormente por Hermann vos Helmholtz, existen tres receptores de colores diferentes que poseen una sensibilidad distinta.

Una teoría que será, más tarde, confirmada gracias a la microespectrofotometría, en el que se identificaron tres clases de conos a la retina, y que cada uno contiene un fotopigmento distinto. Por este motivo, algunos son más sensibles a las longitudes de ondas largas, otras a las medianas y el resto a las ondas cortas.

Sin duda, hay muchas teorías que han investigado este tema, la visión del color. No obstante, la ciencia sigue descubriendo gracias a los avances que experimenta la tecnología para poder crear nuevas teorías y ¡nuevas afirmaciones!

Sea como sea, nosotros seguiremos invadiendo de colores nuestras piezas. Por cierto, ¿cuál es tu color preferido?