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20 nov El efecto creativo de la Navidad en los niños (y cómo se potencia en un casal creativo)
A los peques les encanta la navidad. Las luces en la calle, la ilusión de los regalos, los colores, los villancicos…
Pero a veces, esta época del año les sobreestimula y se sienten desbordados.
Y ahí es donde la creatividad se convierte en algo más que “una actividad bonita”: se transforma en una herramienta que les ayuda a ordenar lo que sienten, incluso sin saber que lo están haciendo.
Por eso, en Navidad, los casales creativos funcionan de una manera casi mágica. Porque son un espacio que acompaña, que ayuda y que da permiso a cada peque para crear a su propio ritmo.
La creatividad como refugio en un momento de mucha emoción
La navidad es intensa. Creemos que solo lo es para los adultos, con nuestras compras, las cenas y comidas familiares y de empresa… Pero los niños también se alteran con los cambios de rutina.
Y, como aún están aprendiendo a gestionar sus emociones, no tienen un lugar al que ir a bajar revoluciones. Ahí es donde entra en juego un casal creativo, que les ofrece:
- Un ritmo más lento.
- Menos ruido (literal y metafórico).
- Cero pantallas.
- Más oportunidad de concentrarse en una tarea divertida.
- Y una actividad que regula cómo se sienten aunque ellos no sean conscientes.
Pintar cerámica, por ejemplo, implica un tipo de concentración tranquila que ayuda a:
- Reducir tensión
- Mejorar la atención
- Y recuperar la calma, trabajando la paciencia.
Algo tan simple como elegir los colores es una forma de expresar sus sentimientos sin palabras.
Crear al lado de otros niños genera conexión, no comparación
Los niños ya participan en suficientes actividades que son competitivas y se centran en el valor de la individualidad.
Los casales creativos están planteados para que haya una dinámica totalmente diferente.
- Los niños cooperan.
- Se inspiran unos a otros.
- Comparten ideas sin presión.
- Comentan sus procesos.
- Y se ayudan sin ni siquiera proponérselo.
Es lo bueno que tienen las actividades artísticas: inspiran sin competición.
Así, sin la necesidad de “ganar”, los peques dan rienda suelta a su parte más imaginativa.
El proceso importa más que el resultado (y eso les libera)
En el colegio, el ritmo es más rígido. En casa a veces no hay espacio o tiempo suficiente.
En un casal creativo los niños pueden equivocarse sin miedo a bajar la nota o a mancharlo todo. Pueden probar otra cosa, rehacer o cambiar de idea a medio proyecto. ¡Y está bien!
O simplemente pueden tomarse su tiempo, porque es fundamental que profundicen cuando se están divirtiendo.
Este tipo de libertad creativa mejora:
- La autoestima.
- La paciencia.
- La autonomía.
- Y la tolerancia a la frustración.
Es un entrenamiento emocional camuflado de actividad “súper-díver”.
Y al final: salen distintos de como llegaron
Entran con la energía dispersa y la concentración regulera.
Salen más tranquilos y centrados. Orgullosos de su progreso, de lo que se llevan a casa, de los nuevos amigos que han hecho, de lo que han aprendido.
Salen habiendo creado algo suyo. Un adorno navideño, una taza, una figura… Lo importante no es la pieza, es la sensación de:
“Mamá, papá… mira lo que he hecho”
Y poder usarlo en casa todos los días. O regalárselo al abuelo en Navidad.
Si te preguntas si este tipo de casal puede encajar con tu hijo…
Aquí tienes una pequeña guía. Un casal creativo como el de Color IT encaja muy bien si tu hijo:
- Necesita espacios sin pantallas.
- Le gusta crear con las manos.
- Sientes que necesita una actividad calmada.
- Se ilusiona con proyectos artísticos.
- Se siente bien cuando ve un resultado propio.
Si quieres saber más (sin compromiso)
En Color IT organizamos un Casal de Navidad creativo en Sant Cugat, por días sueltos y con horarios flexibles, planteado para crear y no competir, para estimular y no para repetir sin sentido.
Para que cada niño pueda vivir este efecto creativo en un entorno cuidado, cálido y que les acompaña.
Toda la información está aquí: